Una casa propia, ahora es momento de mejorar tu calidad de
vida. Hay muchos factores que contribuyen al logro de ese propósito y, entre
ellos, está la forma en que te relacionas con las personas que forman la
comunidad en la que vives.
Al adquirir una vivienda te estás integrando también a una
nueva comunidad. El ambiente de esa comunidad va a influir en la educación, la
salud y el desarrollo de cada uno de los miembros de tu familia. Tu hogar no
termina donde termina tu casa: se extiende hasta el espacio que conforma su
calle, manzana, jardín y los servicios comunitarios, como la recolección de
basura, drenaje, alumbrado, entre otros.
Todos estos espacios y servicios los compartes en derechos y
obligaciones con tus vecinos. De ahí la importancia de organizarse. Enseguida
te damos diez sencillas reglas para vivir bien en comunidad.
Y… ¡no olvides la regla de oro! trata a los demás como
deseas ser tratado. De esta manera, de seguro mejorará tu calidad de vida y el
valor de tu patrimonio familiar crecerá.
Responsable de la información:
Subdirección General de
Sustentabilidad
Fecha de última actualización o revisión: 19 de julio del 2013
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