La iluminación dentro de las casas: creando ambientes.

Dentro del hogar, la luz juega un papel fundamental para crear ambientes, sensaciones  agradables, de descanso, de energía, etc. La iluminación es uno de los aspectos más importantes dentro de la decoración, ya que de ella dependerá algo tan decisivo como tu propia comodidad.
Conseguir una correcta iluminación del hogar será una premisa básica dadas las ventajas que conlleva. Un diseño apropiado de la disposición de las fuentes de luz en tu casa optimizará las sensaciones que quieras crear en cada cuarto, incrementará la sensación de amplitud y facilitará la visibilidad en toda la casa. Así, los diferentes puntos de luz que se reparten en las habitaciones deben obedecer a un sentido estético y práctico, pero también emocional.
 Gracias al sol podemos disfrutar durante el día de una reconfortante luz natural. Según va atardeciendo, las estancias se tornan oscuras y llega el momento de encender los interruptores. El diseño de interiores insiste en que las casas no pueden iluminarse sin estudiar primero una serie de aspectos, por eso la tarea de colocar lámparas, focos o apliques debe seguir unas normas.

Para empezar…
Lo primero que debes preguntarte es qué tipo de estancia quieres iluminar, es decir, si se trata de una zona de la casa donde vayas a permanecer la mayor parte del tiempo. Igualmente, hay que considerar qué tipo de actividades desarrollarás en la misma. Por ejemplo, si te dispones a leer, necesitarás una luz directa, pero si quieres celebrar una cena romántica, tendrás que utilizar una luz de ambiente.

Otro de los aspectos que tendrás que considerar es el que se refiere al consumo energético, puesto que existen en el mercado algunas alternativas: desde las tradicionales bombillas incandescentes hasta las halógenas, pasando por los fluorescentes u otras lámparas de menor consumo.

Tipos de Iluminación 
De acuerdo al tipo de estancia o área a iluminar es como se ha llego a tres tipos fundamentales de iluminación: genérica y potente, de ambiente (más tenue y suave) y la específica  (consiste en centrarse en puntos concretos mediante focos directos).

Cocina y baño
 La cocina y el baño necesitan una visibilidad perfecta, en la que no quede ningún rincón a oscuras o insuficientemente iluminado. Por un lado, la cocina es la reina de los fluorescentes y el segundo, el baño, es el favorito de los focos halógenos. Los fluorescentes son económicos, tienen una vida muy larga y dan una luz de gran calidad, mientras que los halógenos gozan también de gran perdurabilidad y son atractivos a la vista por la luz blanca que emiten.

Sala.
 En el salón has de combinar los distintos tipos. Haces de luz específicos si tienes una zona de lectura o si quieres dar especial importancia a algún cuadro o librería; una más relajada para ver la televisión o charlar distendidamente; sin olvidarnos de una iluminación global, preferiblemente mediante una lámpara de techo.
Recamaras.
En el dormitorio deberás procurar que todo invite al descanso, por ello la mejor opción es basar la decoración en fuentes auxiliares, como las mesillas de noche o los apliques junto al cabecero. No olvides, pese a todo, una fuente de luz más general, aunque evita que sea excesivamente brillante.

Común e íntimo
Las zonas de paso como el pasillo y el recibidor, quedarán fantásticos con unos apliques laterales en la pared o con unos focos redondos y pequeños en el techo. Las luces de cortesía en escaleras son de gran utilidad para permitir un tránsito cómodo y seguro por estas. Jugar un poco con estos focos y recubrimientos puede lograr espacios agradables por recorrer.


Por último
Si quieres innovar en la iluminación prueba a perseguir efectos sorprendentes. Mediante el empleo de apliques, dejando deliberadamente zonas en penumbra, podrás lograr resultados atractivos y originales. Las bombillas de color te facilitarán crear rincones interesantes. Una luz roja, por ejemplo, aumentará el romanticismo de tu dormitorio, mientras que el verde intensificará la sensación de sosiego.

Recuerda igualmente que unos colores son más fáciles de iluminar que otros. El blanco es, sin duda, el que más brillará en cualquier vivienda, mientras que los tonos fríos y el negro supondrán un auténtico reto para tus habilidades.


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