Obstrucciones, malos olores y fugas de agua son los
principales problemas de las tuberías de nuestras casas, que por el mal uso que
hacemos de ellas y por el propio paso del tiempo se acaban deteriorando. Además
de utilizarlas correctamente - recordando que no son una vía para deshacerse de
residuos-, hay que mantenerlas limpias y en perfecto estado. A pesar de lo
engorroso que puede resultar, una revisión y puesta a punto mensual es lo que
los expertos recomiendan.
Cuidados con los desperdicios
- No tire desperdicios por los desagües. Los restos de comestibles, pelos, uñas cortadas, alfileres y otros objetos, mezclados con los sedimentos que arrastra el agua y que se acumulan imperceptiblemente (como sal o cal), ayudan a producir atascos.
- Extreme las precauciones si utiliza desatascadores químicos. Están elaborados con sustancias tóxicas, por lo que debe evitar que entren en contacto con la piel. Si usa agua hirviendo para disolver y ayudar a penetrar el producto, protéjase de los gases que origina la mezcla. Resulta fundamental leer las instrucciones de uso de estos productos, es muy habitual utilizarlos incorrectamente: muchos de ellos han de ser diluidos en agua antes de ser vertidos por la tubería y por desconocimiento no siempre se hace.
- Revise la boca visible del desagüe para comprobar que no haya ningún objeto al alcance de la mano que obstruya el paso del agua.
- Para desatascar el inodoro pruebe a atar una toalla vieja alrededor de la escobilla. Después, mueva la escobilla arriba y abajo haciendo presión.
- Si se atasca el fregadero y no tiene un desatascador de goma, tape el sumidero y llene el recipiente hasta un tercio de su capacidad. Con una mano tape el respiradero de la parte superior y, con la otra, quite el tapón y ejerza una acción de ventosa.
- Desatasque las tuberías echando cristales de sosa con agua hirviendo. Con una taza de sosa por cada dos litros de agua será suficiente.
Adiós a los malos olores
- Los sifones son los encargados de detener los malos olores que suben desde los desagües. Sin embargo, en ocasiones los malos olores pueden proceder del propio sifón. Para limpiarlo, quite el tapón de limpieza, situado en una de sus curvas, y saque los restos acumulados.
- Una vez al mes limpie los sifones que se encuentran accesibles. Evitará la acumulación de residuos, su descomposición y, consecuentemente, los olores desagradables.
- Si antes de salir de vacaciones ha cortado el paso general del agua, es probable que el nivel de agua-barrera de los sifones se evapore dejando paso a los gases del desagüe. No eche lejía ni otros productos químicos para intentar eliminar los malos olores, bastará con abrir de nuevo el paso del agua para que los sifones se vuelvan a llenar hasta su nivel y cumplan nuevamente su función.
- Elimine los olores persistentes vertiendo una mezcla de media taza de bicarbonato sódico, una de vinagre y dos de agua caliente. A continuación, eche por el desagüe agua hirviendo.
Soluciones a las fugas
- Compruebe si la tubería tiene fugas aplicando una solución espesa de detergente líquido sobre la misma. Se formarán burbujas en el lugar del escape.
- Si la tubería pierde agua, corte el paso de la misma y vacíe el conducto. Si el agujero es pequeño, no es necesario que recurra a un profesional inmediatamente. Saldrá del paso colocando un trozo de goma de borrar sobre él y manteniéndolo apretado con una abrazadera.
Tuberías sin aire
- Si alguna tubería de su casa hace ruidos, especialmente al abrir o cerrar el grifo, lo más probable es que se deba a las burbujas de aire que tiene en su interior. La solución es purgar el aire atrapado, aumentando la presión sobre el agua del mismo grifo para desplazar la burbuja.
- Coja un trozo de manguera y conecte el grifo del fregadero con el grifo con aire. Abra los dos grifos un par de minutos para que la mayor presión del agua arrastre el aire; quite la manguera, y compruebe si ha desaparecido el aire. Si permanece en la tubería, repita la operación cuantas veces sea necesario hasta eliminarlo.
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